Siglos de historia de DESTRUCCIÓN, ABUSO, TRAICIÓN Y VIOLACIÓN dejan marca en cada uno de nosotros.
Es importante ser consciente de que en nuestro ADN, en cada una de nuestras células, han quedado impregnadas las CONSECUENCIAS de todo ese sufrimiento y falta de armonía, junto con sus correspondientes defensas. DEFENSAS que por lo general nos alejan de nuestra más pura esencia como mujer o como hombre.
Ser DESCENDIENTES de mujeres violadas, hombres castrados o desalmados, niños/as abusados/as y demás aberraciones humanas nos marca de por vida. Es decir, venimos de origen con mucho daño a la vida.
Esto no quiere decir que tengamos que sufrirlo. Hay una OPCIÓN SANA que requiere una ENTREGA TOTAL desde lo más profundo de nuestra alma. Se trata de identificar las injusticias para, con AMOR INCONDICIONAL, poder sanarlas y curarlas. Bien por nosotros, o por las generaciones que vienen detrás de nosotros. Entregarnos a resolver lo heredado por nuestros ascendientes, nos libera de perpetuar el daño social y personal y nos permite limpiar el terreno, crear un NUEVO LINAJE -si fuera necesario- para que los que vienen tengan la oportunidad de vivir sin fracciones en el corazón ni en el espíritu, y puedan crear y realizar sin obstáculos sus SUEÑOS DE FELICIDAD.
La Vida nos ofrece permanentemente todo lo necesario para lograrlo. Es importante pues estar abierto para identificarlo y recibirlo. Asumiendo la RESPONSABILIDAD que ese poder conlleva. Cada ser humano, conectado a su espíritu, es un ser TODOPODEROSO.